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este pequeño rincón de Chile y crear conciencia sobre la importancia de proteger su entorno y su delicado ecosistema,

y de esta manera, convocar voluntades dispuestas a trabajar por Papudo y su gente.

Alegoría a un pueblo de pescadores.

Posted by Papudo | Posted on 16:25

El Mercurio - Revista Vivienda y Decoración.


Una iglesia de líneas puras, sobria y moderna ­de 725 m2­ fue el resultado del proyecto elaborado por FG Arquitectos. En los elementos propios del templo se aprecia el tradicional carácter marítimo de la localidad en que está inserta:

Hace un par de años, la comunidad católica de Papudo y los numerosos veraneantes de localidades cercanas se reunían a celebrar misa en una "bodega". Pero ante el gran poder de convocatoria del padre diocesano Miguel Triviño, el espacio se les hizo pequeño.Entonces los ojos de los fieles se dirigieron a un galpón de almacenaje de mayor superficie que existía en el sitio contiguo. Cuando tuvieron la oportunidad de adquirirlo, todo cambió.

El Obispado de San Felipe ­mandante del proyecto­ y el obispo de la época, Manuel Camilo Vial, querían un lugar de reunión con salas para realizar charlas y talleres y no sólo una iglesia. La primera etapa del Centro Parroquial San Pedro Pescador se inauguró el domingo pasado con la consagración del templo, ceremonia a cargo del obispo de la diócesis, Cristián Contreras. La segunda ­correspondiente a los recintos de congregación para los pobladores­ comenzará en marzo, mientras que la tercera ­consistente en una casa de retiro para sacerdotes y biblioteca­ quedará pendiente hasta que se recauden los fondos necesarios para su ejecución.

El proyecto inicial ­propuesto por los arquitectos Matías González, Alberto Rodríguez-Cano, Felipe Browne, Ximena Joannon y Alfredo Fernández­ se elaboró pensando en recuperar la construcción. No obstante, una vez que se revisaron los cimientos y su condición estructural, se desechó la idea por razones de seguridad. Entonces se demolió. Pero como la forma ya existía en el inconsciente de los fieles, se optó por proyectar el espacio central de la iglesia en el mismo lugar.

A ese volumen se le anexó otro cuerpo que está girado y se configuró el acceso. Se trata de una plataforma que sale de la construcción y acoge amablemente a los feligreses."Quisimos trabajar con elementos que tuvieran que ver con el lugar en que se desarrolla la obra, y como Papudo posee una fuerte tradición de pueblo-pescador, aludimos a este hecho. Por ello el acceso es como un muelle al que uno viene a buscar refugio. Es una invitación que se extiende a la comunidad", indica Matías González, uno de los arquitectos a cargo del proyecto.

Otra de las alegorías se refleja en el significado que los profesionales atribuyen a la puerta de ingreso al templo. "Existe una metálica de gran tamaño que se utiliza para ceremonias mayores, e incerta en ella, una de vidrio, hecha a escala humana, que constituye una especie de vela que ayuda a la embarcación a continuar la travesía". Como una manera de aludir a la experiencia mística a la que se puede acceder a través de la Palabra, pronto se escribirán en la puerta algunos textos extraídos del Nuevo Testamento.Traspasando el umbral, quien recibe a los fieles y los conduce hacia el altar es una figura de la Virgen María. A un costado del acceso se encuentran la pila bautismal de piedra y el confesionario de madera. El cielo de la nave central ­confeccionado con paneles de tetra pack­ sugiere la quilla de un bote. Al fondo, tras el altar de hormigón, hay un espejo de agua que genera ondas y atractivos reflejos, y sobre él se encuentra suspendida la imagen de Cristo."El agua, bajo Jesucristo, además de ser un límite a traspasar, también posee un significado simbólico: es pureza, fuente de vida, renovación espiritual y permite limpiarse o purificarse", indica el profesional.

El sector de la nave central ­y particularmente el altar­ reciben abundante luz natural gracias a las lucarnas ubicadas en la parte superior de las paredes. Además, el muro posterior al altar posee un tajo en su base y prolonga el espejo de agua hacia el exterior. "La luz refleja la esperanza, la fe y lo intangible".El recinto también cuenta con una capilla secundaria para ceremonias menores y un ala lateral de inferior altura que presenta la particularidad de actuar como tamiz con el exterior, ya que cuenta con una amplia celosía metálica. A través de ella es posible apreciar el trabajo de paisajismo realizado por Ximena Rabat. Se trata de un campo de 50 olivos que se distribuyen en el sitio, y un área con lavandas, vitadinias y pitosporos enanos.

Respecto a la materialidad, se resolvió que la obra fuese de hormigón armado. Según explica González, esto se debe "a que se trata de un elemento noble y que en este caso permitió plasmar el registro de la historia de cómo fue construida la iglesia: dejando a la vista la marca de los moldajes y algunos errores y aciertos. Además no se estucó, sólo se le dio una bendición de pintura blanca", agrega el arquitecto.La mayor parte del piso es de cemento pulido. Los del altar y el acceso de hormigón lavado y tienen un diseño elaborado con huinchas de madera.

Marina de Papudo: Los detalles y polémicas del proyecto que cambiará el balneario

Posted by Papudo | Posted on 15:53

El Mercurio

Las nuevas instalaciones han requerido de un trabajo de convencimiento de la comunidad que está dando frutos:

Cerca de US$ 3 millones costará este proyecto que será financiado por quienes compren sitios en el embarcadero. La comuna espera que traiga más turismo y trabajo.

Durante los últimos tres meses los directores del Club de Yates de Papudo se han turnado entre ellos para estar presentes en la feria y así mostrarle a la comuna su proyecto de ampliación de marina.La idea es concitar el apoyo de la comunidad para esta iniciativa que será pagada por los propietarios de sitios, pero que tendrá influencia en todo ese balneario de la V Región. El proyecto plantea la construcción de una bahía artificial con un molo de abrigo de roca que permita estacionar de forma segura un máximo de 49 embarcaciones y que tendrá un costo cercano a los US$ 3 millones.
Actualmente el club tiene 45 embarcaciones que están emboyadas en los meses más cálidos y que deben ser sacadas del mar en el invierno, lo que complica, que se usen durante cerca de la mitad del año.Por eso, la idea es que los socios que se interesen puedan tener todo el año una marina cómoda y con grúas adecuadas. De quedar estacionamientos libres, éstos se ofrecerán a gente que veranea en la zona.La comodidad tiene su costo, y los estacionamientos debieran costar entre US$ 50 o US$ 60 mil en promedio. Los precios podrían subir si se trata de embarcaciones más grandes, ya que usan un mayor espacio, y por ende, disminuiría el número de estacionamientos disponibles. El precio es de mercado, pues como dice un navegante: "Estacionar un velero cuesta casi como el bote". Pero, la idea de la actual directiva, encabezada por Felipe Montt -director de empresas-, es que su proyecto impacte positivamente a todo el balneario y no sólo a los socios.Con este propósito se han abierto a la comunidad para oír sus comentarios, haciendo caso de las sugerencias. Así lo confirma Renato Guerra, presidente de la Junta de Vecinos Unidad y Progreso de Papudo, quien partió un poco escéptico pero que hoy lo apoya."No me voy a quedar en el pasado, porque a nosotros nos conviene crecer como balneario. Ellos se han abierto a la comunidad y han recogido ideas, no veo nada oscuro", dice Guerra. Con el propósito de no entorpecer la vista, la marina está pensada bajo el nivel de la costanera. Además, se contempla ampliar el paseo caminable, mantenerlo de libre acceso, con vistas a la marina, y con la posibilidad de meterse al mar caminando por el molo de abrigo.Uno de los puntos que más inquietud ha causado ha sido Playa Conchitas, una playa rocosa que está inmediata al Club de Yates y que se dejará sin tocar, construyéndose la dársena a continuación. Además, la nueva costanera mantendrá los accesos a la playa y también contempla un embarcadero público en el lugar. El proyecto fue elaborado por el director del club y arquitecto Sergio Serrano, y el ingeniero Felipe Guerrero de "PRDW Aldunate Vásquez", una empresa de ingeniería de puertos, que entre otras cosas ha estado detrás de la construcción del Puerto de GNL de Quinteros y Mejillones. Hasta ahora, y cumpliendo con la promesa de no gravar al club ni a la mayoría de socios sociales, todos los estudios iniciales serán pagados por un grupo de doce socios que confían que el monto aportado se descontará del valor de su futuro sitio.
Montt confía en que resulte, no sólo por el club, sino también porque confía en que una marina se transforma en un polo de actividad para la zona.De hecho, quieren apoyar un taller de microempresa que permita mejorar la oferta de servicios que requieren las embarcaciones. Un cuidador experimentado puede ganar un millón de pesos cuidando diez yates y realizando limpieza y mantención de ellos. Otros que se beneficiarían son los dueños de restaurantes, quienes dicen que el actual proyecto, diferente a propuestas anteriores, le haría bien a Papudo como polo turístico."Va a traer un enorme beneficio porque va a significar más fuentes de trabajo y movimiento durante todo el año", dice Raúl Cornejo, presidente de la Cámara de Comercio de Papudo y dueño de un pub y del restaurante Bahía. El proyecto actual lo apoyan la alcaldesa, cinco de los seis concejales, las nueve juntas de vecinos de la comuna y la Cámara de Comercio de la zona, pero, igual hay un oposición. Ibáñez, Melnik y Lira, socios del club. Uno de los últimos que se sumó al grupo de 230 socios activos que tiene el Club de Yates de Papudo fue Nicolás Ibáñez, de D&S, quien se une a sus primos Cristóbal y Ezequiel Lira, al economista Sergio Melnick, al dueño de la constructora Belfi Enrique Elgueta, a la familia Contin dueña de la hoy complicada Alfa Corredores de Bolsa, y al gerente general de Revista Cosas, Matías Pfingstorn, entre otros.
La nueva marina es probable que también atraiga nuevos socios, aun cuando esa no es la prioridad. El principal opositor explica a "El Mercurio" sus críticas al proyecto.Desde que el nuevo directorio del club presentó su proyecto de ampliación de marina, Carlos Navarro, abogado de profesión y dueño de una empresa de buceo, se ha opuesto categóricamente al proyecto.Navarro tiene pedida una concesión para hacer un muelle comercial, en otro lugar, que funcione como embarcadero abierto a la comunidad, de poco más de un metro de ancho y 30 metros de largo. Él espera construir su muelle con la ayuda económica de los vecinos que también se oponen a la marina del club. Sus razones para oponerse a la nueva construcción se basan en el daño al medio ambiente que, según él, causaría."Es dudoso que hablen de 49 embarcaciones, justo una menos de 50, que es el número que obligaría al proyecto a someterse a un estudio de impacto ambiental", dice. "Papudo es un balneario de clase media, y lo que quieren es ensuciar y dañar las playas. Yo me meto al agua como buzo y sé lo que pasa. Además, es mentira que las marinas sean polos de inversión social", dice Navarro firmemente.
En su cruzada contra la construcción de la marina ha sido apoyado por el ahora ex-concejal Eugenio Rau y por el comité Proalmar de Papudo, que es liderado por el consejero regional Miguel Misle.

Salinas de Pullally: Un jardín hecho por hombres.

Posted by Papudo | Posted on 15:27

El Mercurio - Revista Vivienda y Decoración.


Por más de cuatro siglos, Salinas de Pullally ­un balneario prácticamente privado que queda a pocos kilómetros de Papudo­, ha pertenecido a una sola familia. Curiosamente, de sus jardines sólo se han preocupado los hombres del clan, y hoy está en manos del viverista Ignacio García, quien con gran respeto por lo existente, lo ha revitalizado mediante la combinación de flora nativa e introducida.

Unos 7 kms al norte de Papudo está Salinas de Pullally, una gran playa apta para el surf, a la que algunos se aventuran caminando en el periodo de bajamar. El lugar es privado, y ha pertenecido por varias generaciones a una misma familia, desde que Pedro de Valdivia se la entregó como encomienda a don Diego García de Cáceres. Con la Reforma Agraria, la familia pedió los terrenos, pero años después pudieron recuperar unas trescientas hectáreas, donde José Miguel Irarrázabal, familiar de los primeros dueños, había hecho construir una casa, en 1940, al borde del acantilado y dominando las vistas al río Ligua y a las dunas que lo rodean. Ese entorno paradisíaco lo impulsó a trazar una serie de caminos y a ocuparse de los jardines, incorporando doca a la pendiente y árboles nativos e introducidos en el sector protegido del viento. Ese fue el inicio. Más tarde, sería su yerno, Ismael Pereira, quien se haría cargo de los jardines, y luego el marido de su nieta, el viverista Ignacio García.- Siempre han sido los hombres de la familia los que han cuidado el jardín. Lo formó el abuelo de mi mujer, después mi suegro le dio un gran impulso, y ahora soy yo quien se hace cargo. En el lugar está su vivero, donde junto con Margarita Álamos produce, principalmente, proteas. Respetando la forestación de pinos y eucaliptus existente, elaboró un diseño que mezcla vegetación introducida y nativa, y logró que éste se consolidara gracias a la creación de un pozo y un estanque en el que se acumula agua, lo que permite un riego fluido, sin problemas. Y es que su intención es lograr, a largo plazo, un jardín que se desenvuelva sobre la base de especies que sean capaces de resistir la salinidad y sequía.En la entrada al lugar se aprecian alrededor de setenta variedades de Eryngium (la achupalla chilena), y bajo un añoso maitén, destaca un quincho, también protegido por una araucaria excelsa y ombúes. Esta vegetación de altura cambia de imagen abruptamente al enfrentar la pendiente, donde se establecieron especies bajas, que no superan los 50 cm de altura, y que permiten privilegiar las vistas hacia el horizonte, incluso desde el interior de la casa.

Poco a poco, García ha ido reemplazando la doca por un romero africano rastrero que se ha dado muy bien. Los juníperos también se han desarrollado sin dificultades, extendiéndose varios metros.Dos cipreses enmarcan las vistas hacia el mar, y alrededor de ellos sobresalen plantas de distintas alturas, texturas y colores que generan un paisaje de gran atractivo. Además de especies de flor, García consideró algunas suculentas, pues se dan muy bien en los climas costeros. Entre ellas se pueden mencionar Aloe ferox, Agave americana y variegatas, tritomas, puyas, sedum, yucas, las que crecen junto a muchas otras que no han sido plantadas por la mano del hombre, y que han llegado allí por pura casualidad.- Cada cierto tiempo hacemos caminos y botamos las plantas envejecidas y los restos leñosos de poda.

En los intersticios del acantilado van apareciendo nuevas plantas, que sirven para recuperar el terreno.Un jardín cuyo diseño, en manos masculinas, se ha ido perfeccionando de generación en generación, siempre con la idea de que mantenga una relación con el entorno, y que se adapte a las condiciones que impone el clima costero.