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Papudo
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El Presidente del Club de Golf Martín Bernat y la alcaldesa de Papudo, realizan el tradicional corte de cinta. Foto: Fernando Vera. |
Este enorme proyecto pudo fraguarse gracias a la cesión, en comodato, de ocho hectáreas colindantes al recinto, que hicieron las familias Irarrázabal y Zegers. Mientras que la concreción de esta gran obra de diseño y construcción de los fairways y greens es fruto del trabajo mancomunado de sus socios y vecinos de Papudo. Con mucha imaginación e ingenio, según cuentan sus directivos lograron reducir los costos que fueron financiados a través de las cuotas de sus socios. Ya con 18 hoyos en el club, sólo piensan en lucir su nuevo espacio durante el próximo Abierto, programado tradicionalmente para el primer fin de semana de octubre.
Una pizca de Historia.
El de Papudo es un club tan tradicional como el pueblo mismo. Fue inaugurado en septiembre de 1933, gracias a la iniciativa de Luis Harnecker, un socio de Los Leones que tenía su casa de descanso en nuestro balneario y la cesión de la familia Irarrázaval de un predio a sólo un par de cuadras de la plaza. Desde su creación, fue un lugar muy especial. No hubo grandes movimientos de tierra y los doce hoyos fueron esbozados por el escabroso terreno, en medio de quebradas y bosques de pino y eucaliptus. Los greens son de arena, debido a la escasez del agua en sus inicios, usanza que se mantiene hasta nuestros días, a pesar de que hoy estos campos cuentan con un sofisticado sistema de riego.
Un pescador retirado, un taxista, un empresario, un carnicero, un diplomático, un albañil, un político, una dueña de casa y muchos más se juntan cada semana para jugar en el campo de Papudo. Uno de los deportes más elitistas de Chile. ¿Qué pasa en este balneario? ¿El pueblo se sublevó contra los señores y se tomó el club de golf, burbuja del ABC1 en casi cualquier otro lugar del mundo? ¿Una revolución? Quizás lo sea. Ojalá lo sea. Pero aquí no hay sangre, ni lucha de clases, ni intolerancia. Es Papudo, el pueblo del golf.
En este Club, desde sus inicios estuvo en sus bases la integración con los lugareños. A mediados del siglo pasado fueron los pescadores de la caleta, que, invitados por los fundadores, alzaron sus primeros palos, que ellos mismos fabricaban con madera que sacaban de los pinos y un pedazo de lata.
En 1978 la relación entre el club y el pueblo se formalizó con la creación de la filial, que hoy tiene un número cercano a los 100 socios, los cuales juegan todas las tardes de domingo. ¿Cuáles son los requisitos de membresía? Nada de acciones millonarias, ni invitaciones exclusivas: hay que ser papudano, pagar una pequeña cuota de inscripción, más algunas lucas al año y mil para jugar cada domingo.
Esta perfecta e insólita simbiosis social, no solo ha dibujado con trazos dorados el rostro de Papudo, sino que también ha forjado a los mejores golfistas en la historia de Chile, así es el caso de Guillermo Encina, ex campeón de Chile y actual integrante del European Senior Tour, el segundo circuito más importante del mundo para mayores de 50 años. Pero Guillermo no es el único hijo de esta añosa fiebre del golf. También están Emilio Palacios, Anisio Araya y los dos Juan Encina, uno hermano y el otro sobrino del más famoso de los golfistas chilenos, todos ellos forjados en Papudo, la mejor cuna del golf nacional.
@ Bruno Arcos
